El NCI (Instituto Nacional del Cáncer) en EE.UU ha publicado estos días en su página web un estudio muy positivo para el futuro del cannabis como aliado en el tratamiento para esta enfermedad. En esta investigación se demuestra que el cannabis puede matar (y ha matado) células cancerígenas. Por el momento se trata de resultados provisionales, ya que son estudios preclínicos probados en roedores y células invitro y no en seres humanos.
Se trata de la principal institución del país americano en la investigación y preparación profesional en relación a esta enfermedad. Además de encargarse de otras actividades para su prevención, diagnóstico y tratamiento. El NCI (Instituto Nacional del Cáncer, en español; o National Center Institute, en inglés) es una de las once agencias que forman parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.
Por lo tanto, estamos hablando de una institución clave en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer. Que desde este tipo de organismos se publique que el cannabis puede matar células cancerígenas es un avance muy positivo para las grandes posibilidades que la planta puede ofrecer terapéuticamente, si se investiga más con ella.
Los estudios preclínicos que se han llevado a cabo con cannabinoides han demostrado algunos factores muy interesantes. Por ejemplo, que estos cannabinoides inhiben el crecimiento tumoral, ya que provocan la destrucción celular e impiden que se multipliquen estas células y que se formen los vasos sanguíneos que un tumor precisa para crecer. Estos estudios de laboratorio también demostraron que, mientras que los cannabinoides aniquilan las células cancerosas, protegen las células normales.
Estos estudios preclínicos también han arrojado luz en cáncer de colón, cáncer de mama y carcinoma hepático o cáncer de riñón. Parece que los cannabinoides pueden actuar como protectores ante la inflamación del colón y así disminuir el riesgo en este tipo de cáncer.
También hay avances positivos para el cáncer de mama, ya que un estudio con marihuana CBD en los receptores de estrógeno positivo y estrógeno negativo provocó la muerte de las células cancerígenas que se dan en este tipo de cáncer de mama. Investigaciones de la metástasis en el cáncer de mama manifestaron que los cannabinoides pueden reducir el desarrollo, la cantidad y la reproducción de tumores.
Por otra parte, en estudios con delta-9-THC en carcinoma hepático o cáncer de riñón y carcinoma hepatocelular o cáncer de hígado se demostró que este cannabinoide puede eliminar o al menos dañar las células cancerígenas. En estas mismas investigaciones se llegó a la conclusión de que en modelos de estos tipos de cáncer, el delta-9-THC tiene efectos para la degeneración de este tipo de tumores. Parece que delta-9-THC causa efectos antitumorales también al actuar sobre moléculas presentes también en las células del cáncer de pulmón y en las células del cáncer de mama.
Además, analizando 34 estudios de cannabinoides en cáncer de glioma (un tumor cerebral que comienza en las células neurogliales) se descubrió que en 33 de ellos los cannabionides destruyeron las células cancerosas sin dañar las células normales. En cuanto al CBD en estudios en células de glioma humano también se comprobó que suministrado con quimioterapia este cannabidiol aumenta la efectividad del tratamiento y mata más células cancerosas sin lastimar a las células normales.
Como ya se conoce y se ha estado aplicando en algunas terapias, el THC y otros cannabinoides estimulan el apetito, alivian el dolor, tienen efectos antiinflamatorios, previenen problemas en los nervios en tratamientos de quimioterapia, controlan las náuseas y los vómitos, además de la ansiedad, y el estado de ánimo.
